¿Pero cómo se desarrolla concretamente una intervención con Robin? Antes incluso de que comience el procedimiento, el equipo del quirófano prepara cuidadosamente el entorno quirúrgico para garantizar una interacción armoniosa entre los profesionales de la salud y el sistema robotizado. La colocación precisa del robot es determinante, ya que facilita su integración óptima con el equipo quirúrgico y asegura una maniobrabilidad máxima en el espacio operatorio. Una disposición rigurosa del instrumental y una calibración meticulosa del sistema robótico garantizan la fluidez y el éxito de las operaciones durante toda la intervención.

Durante la intervención, el cirujano utiliza marcadores infrarrojos para modelar con precisión la anatomía del paciente en la interfaz del robot. Estos marcadores permiten al sistema robótico “visualizar” en tiempo real al paciente y sus movimientos. Gracias a ello, Robin puede seguir con exactitud la posición y las particularidades anatómicas del paciente, asegurando así una guía precisa y una alineación perfecta a lo largo de toda la intervención quirúrgica.